Brevería 850
Qué tristeza, mujer;
anhelante, desnuda y a la espera,
incapaz de atrapar la primavera
que entre las manos sientes florecer.
Disparidad
Te siembras en la noche y no germinas;
tu surco, abandonado,
sin abrirse a la reja del arado;
desiertas, como el valle, las colinas.
Estéril tierra que labrar quisiera,
tornándola fecunda
con esta irrigación de primavera
que en ti pudiera penetrar profunda.
Pero mi regadío no te llega,
se me pierde en quebradas y vertientes,
y yo tampoco arribaré a la siega,
yermas, como tu surco, mis simientes.
Oh qué disparidad inadecuada:
Yo, labriego, de tierra careciendo,
y tan lejos de aquí, languideciendo,
tu tierra descuidada.
Los Angeles, 7 de diciembre de 2000