Poemas de amor, de soledad, de esperanza
de
Francisco Álvarez Hidalgo

Antología de Sonetos

306 - Delicadamente
No ama tanto quien clava la mirada como quien la desliza acariciante; si uno es la fresca brisa susurrante, el otro es la ventisca alborotada. Dadme la blanda luz de la alborada, más que el rayo del día fulgurante; y antes que la carrera sofocante, la elegancia de tímida pisada. Si has de venir a mí, ven con la calma temerosa de desvelar el alma, con voz de terciopelo, con candor. Yo iré a tí en el silencio sosegado que a tus pies se reclina abandonado, y en la suave fragancia de la flor.
Los Angeles, 4 de enero de 2000
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