Poemas de amor, de soledad, de esperanza
de
Francisco Álvarez Hidalgo

Antología de Sonetos

305 - Divergencias
Estoy despedazado por las quejas que a diario taladran mis oídos; no descienden mis párpados dormidos, quieren cerrarse, pero no los dejas. Aunque en mis ojos ya no te reflejas, y he perdido el pulsar de tus latidos, los reproches aún dejan ateridos los ángulos del alma, ahora entre rejas. Porque soy de mí mismo prisionero, que hace tiempo te amé, y aún hoy te quiero, sin la furia de entonces, de algún modo. Este lazo tan débil que aún nos liga en lugar de acercarnos, sólo obliga, y si se rompe un día, hundirá todo.
Los Angeles, 3 de enero de 2000
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