Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Diccionetos (LVII)

Índice

Sonetos:
Desmontar Desmoronamiento Desnudez Desorientado Despedida Despertar Después Detener
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Breverías

3106
Cuantos más sueños procreo, más solo voy por la vida. ¿Será que revoloteo por una zona prohibida? ¿O que los demás no sueñan? ¿O que sueñan sin saberlo, y a quienes saben, desdeñan? ¿O que tienen que aprenderlo? Yo, soñador, sueño y sigo mi camino, y no mendigo.

3107
Hablemos, amor, hablemos; ni antes ni durante el sexo, mas solamente después. En ese tiempo en que vemos el antes perdido nexo entre la frente y los pies.

3108
El hombre más sabio ignora mucho más de lo que sabe; sabe que el mar no le cabe en su estrecha cantimplora; pero rastrea y explora cada día un poco más, sin volver la vista atrás, pues cada descubrimiento le enriquece el pensamiento, y aminora los quizás.

3109
Si levantas murallas, y abres fosos para excluir tristeza y desaliento, detendrás los avances luminosos del gozo, que pretende acercamiento.

3110
Olvídate del futuro, que vendrá, aunque no se quiera; ni se aplaza ni acelera, se le alce o derribe un muro. Sólo el momento es seguro que ahora tienes en la mano, y es el que tú, grano a grano, debes morder, absorbiendo la savia que va emergiendo, antes de perderse, hermano.

Sonetos

3506 - Desmontar
Las cabalgué por blancas explanadas, donde a veces se anudan los amantes; y también en praderas verdeantes, bajo la luna, en noches estrelladas. Jinete fui asimismo en escapadas de seducción, furtivas y apremiantes, cuando las horas vuelan como instantes, y ya casi se escuchan sus pisadas. Eran blancos, elásticos corceles, ajustándose a todos los niveles, docente o aprendiz, del cabalgar. Y siempre, al fin, ya súplica o quejido, el insistente ruego compungido de posponer un tiempo el desmontar.
Los Angeles, 19 de octubre de 2013
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3507 - Desmoronamiento
A golpes de recuerdo, en la memoria, fui acumulando inalienable archivo, recogiendo, ya el júbilo elusivo, la amarga lágrima o la breve historia. Era mi torre de marfil, mi gloria, inaccesible a los demás, masivo contingente ancestral frente al olvido, mi vida, mi aptitud evocatoria. Mas fueron arribando a mis fronteras las tribus bárbaras, pillaje, hogueras, bajo el cruel liderazgo de la edad. Se fue mi torreón desmoronando, y el avance del tiempo erradicando, con mi huella mental, mi dignidad.
Los Angeles, 20 de octubre de 2013
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3508 - Desnudez
No percibes mi acción, mas te desnudo. Tiene la mente prolongado tacto que vaga por doquier, gentil, exacto, haciendo inútil evasión o escudo. Su invisible control, benigno y mudo, no será manifiesto, y el contacto devendrá inexorable, aunque el impacto tal vez no lo entreveas a menudo. O tal vez, sí. Rondando en la dorada región de tus recuerdos, la mirada de unos ojos lejanos te estremezcan. No sabrás de quién son, pero al mirarte, tan bella, tan desnuda, y al rozarte, quizá tu entraña y ojos se humedezcan.
Los Angeles, 20 de octubre de 2013
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3509 - Desorientado
Sabía los caminos a tus lares, los olmos, en rumor, a ambas orillas, las mieses, ya ondeando, ya en gavillas, las gentes agolpándose en los bares. Tanto los transité, que en mis andares daba nombre a oropéndolas, ardillas, señoras enlutadas y chiquillas cuyos rostros no me eran familiares. Mas la tarde nefasta en que tu puerta al fin se me cerró, se me hizo incierta la vuelta hacia mi hogar, desorientado. El sendero que, amante, recorría, tornóseme en absurda travesía, sin principio ni fin, y en despoblado.
Los Angeles, 20 de octubre de 2013
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3510 - Despedida
Quien dice adiós entiende de portazos, mas ignoró el por qué de abrir la puerta. La entrada presupone firme oferta, irrescindible, no promesa a plazos. Abrir la puerta es ofrecer los brazos a quien llega. Si en ellos se despierta feliz al alba, toda mente alerta logrará sustraerse a los zarpazos. Mas en amores la razón dormita, ni ve ni quiere ver, y precipita la divergencia que uno solo intuye. Fraguándose de un lado la ruptura, al fin sobrevendrá en tal coyuntura uno que se desangra y otro que huye.
Los Angeles, 21 de octubre de 2013
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3511 - Despertar
Quiero dormir, quiero exprimir las horas que me amarran al mundo de los muertos, escuchando los fúnebres conciertos de su orquesta de sombras creadoras. Son los sueños bengalas difusoras de aspectos del pasado que, encubiertos, extraños son a aquellos que, despiertos, ensayan fórmulas exploradoras. Cuantos me precedieron, no regresan al mundo de los vivos, pero expresan al dormido su historia y su pensar. Me impregnaré de su ímpetu y lenguaje, de cuanto fue en la tierra su mensaje, y sólo entonces quiero despertar.
Los Angeles, 21 de octubre de 2013
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3512 - Después
No me digas después; después no existe, y de llegar, tal vez me eludiría. Ni siquiera soy dueño de este día, que en parte fue, y en parte se resiste. El instante nos llama, nos insiste, replantea la opción, nos desafía; es realidad, frente a la fantasía del futurible, por dudoso, triste. Aprisiona el momento que te ofrece lo tangible y genuino, y acontece bajo impulso de mente y corazón. Mira el reloj, el sol, el calendario, siempre en fuga, perdiéndose a diario, malogrando propuesta y conexión.
Los Angeles, 21 de octubre de 2013
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3513 - Detener
Hay grietas en mis filas, no barrera, y en lugar de obstrucción, asentimiento. Voy hacia ti con amplitud de viento y su tacto gentil de primavera. ¿Cómo así detenerte? Quien espera, allana obstáculos, accede a intento, abre puertas, y brinda acoplamiento, siendo, más que invitada, compañera. No te detengas tú. Ven, impulsiva, henchida de las ansias que la vida te prodigó, y que ansías descargar. Receptivo te espero en mi parcela, sin rejas, ni alambrada, ni cautela, dispuesto a cada táctica de amar.
Los Angeles, 22 de octubre de 2013
Diseño: Carmen Álvarez
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