Poemas de amor, de soledad, de esperanza
de
Francisco Álvarez Hidalgo

Antología de Sonetos

319 - Aridez
He labrado la tierra en mi desierto, irrigándola en lluvia de sudores, y quedó estéril bajo los rigores del tiempo, la semilla al descubierto. Sé que no he sido agricultor experto, acumulando errores sobre errores, pero aspiré a que tal vez unas flores pudieran adornar el campo muerto. Ni besos ni caricias sazonaron, en sus jóvenes tallos se agostaron sin despuntar un día y sonreir. Y hoy te espero, mujer, como el que espera que una nueva y fecunda primavera traiga un mejor sentido a su vivir.
Los Angeles, 1 de febrero de 2000
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