Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Diccionetos (XXXII)

Índice

Sonetos:
Nunca Numen Nube Nostalgia Nocturno Náyade Navegar Nupcial
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Breverías

2981
Soñador a la luz de las estrellas rutilantes al fondo de mí mismo, cuando me niego a sucumbir dormido. Y soñador marcando nuevas huellas por sendas de esperanza, de optimismo, que tal vez sigan quienes me han leído.

2982
Te sueño a plena luz, y en la penumbra, y de tantas maneras te poseo que de entreverlas te me entregarías. Mas no las ves, soy yo quien las vislumbra; y a mi modo te exploro, te moldeo, objeto de mis íntimas orgías.

2983
Cuanto observo, percibo, escucho, aspiro, seduce mis sentidos, mas no altera mi visión arraigada de la vida. Filtro las sensaciones, y retiro residuos que la mente considera monótonos o indignos de acogida. La realidad no es tal como la vemos, mas como la entendemos.

2984
Sueñan los pueblos lo que no han tenido, apodándolo mitos o leyendas. Y sueño yo el amor que no he vivido, o la resurrección del que he perdido, y a esos dioses levanto mis ofrendas.

2985
Sueño que has de venir desde la altura, cabalgando una nube, y transponiendo, tal que rayo de luna, mi ventana. Se tenderá a mi lado tu figura, en silencio los dos, y pretendiendo que tu soñar a mi soñar se hilvana.

Sonetos

3306 - Nunca
Nunca es cruel, carnívora muralla, que detiene y devora al viajero, haciendo, al mismo tiempo, prisionero a quien tan fiero látigo restalla. Tan contumaz palabra no detalla límites ni matices; su severo, contundente vigor es de lancero empalando un espíritu sin malla. Por no haber esperanza, no hay defensa. Es la definitiva, última ofensa sobre quien vive en términos de amor. Lleva el resabio amargo de la muerte, finales ambas, sin que el alma acierte a distinguir su típico sabor.
Los Angeles, 7 de julio de 2013
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3307 - Numen
“Numen inest”. (Ovidio) (‘Hay un espíritu aquí’)
Percibo su aleteo en torno mío, tenue murmullo, ráfaga de brisa, íntima voz, si férvida, imprecisa, por la que entre mis páginas me guío. Escucho, y elaboro el atavío de cada idea. Nada se improvisa. Su turno espera en sumisión, sin prisa, cada palabra que al papel envío. Les doy vida, rumor, significado, de acuerdo a su postura en el bordado del verso que a la lírica incorporo. Sin olvidar que cuanto escribo y creo lo percibe mi oído en bisbiseo de un dios lejano de vocablos de oro.
Los Angeles, 7 de julio de 2013
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3308 - Nube
En tus sedosas curvas me reclino, desnudo, acariciado entre algodones; de techo, el cielo azul, y en tus balcones, la vista de una tierra en torbellino. La he dejado por ti; sólo aquí atino a hallar paz, y borrar las confusiones de las hienas que, en pieles de leones, pretenden gobernar nuestro destino. Tan lenta, lentamente navegamos, indiferentes hacia adónde vamos, o de dónde venimos, mi nirvana. Cierro los ojos. Siento el balanceo de esta cuna sutil, y es mi deseo dormir, dormir, sin prisa, sin mañana.
Los Angeles, 7 de julio de 2013
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3309 - Nostalgia
El aroma, la música y el tacto tienen un no sé qué que me depierta espejos del pasado, a cuya puerta tanta vida se agolpa. Nada exacto, sino imágenes vagas cuyo impacto sólo el recuerdo a concretar acierta. Me llaman por mi nombre, en la desierta soledad de mi espíritu: Contacto. Es como recobrar hijos perdidos que arrebatara el mar, cuyos bramidos expresan desacuerdo a tal retorno. Qué familiar, enfática acogida a estos seres rondándome la vida, vida que viene a repoblar mi entorno.
Los Angeles, 7 de julio de 2013
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3310 - Nocturno
Nos envuelve la noche en blando abrazo; dulce es la soledad que nos rodea. El fuego sobre el leño serpentea, cada llama ensayando un nuevo lazo. En el salón, Chopín. Y en tu regazo reclinada mi nuca, merodea sobre mi piel tu mano, en la tarea de acompañar el ritmo. Me solazo. Mi placer es por ti, por el ambiente, por el nocturno que nos tiende un puente musical entre dos intimidades. Las notas del piano, a medio tono, me describen el plácido abandono en que flotan dos plácidas mitades.
Los Angeles, 7 de julio de 2013
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3311 - Náyade
He surcado las aguas de tu río en absoluta desnudez, sin verte. ¿Dónde y por qué decides esconderte, mi ninfa de las aguas? Desconfío del silencio y la calma en el bravío paisaje de tus glorias. Huele a muerte o a exilio en las orillas, y revierte de nuevo a mí la imagen de tu brío. Tantos siglos perdidos… Olvidadas tú y tus hermanas, y las algaradas festivas en galante desnudez. Te sueño entre los olmos, sugerente, o remontando juntos la corriente…, en tu mundo de tersa exquisitez.
Los Angeles, 8 de julio de 2013
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3312 - Navegar
No hay océano en ti, mas te navego. De azul es mi bajel, de luz, de aurora, y a ritmo de crepúsculos te explora, portales de la noche en donde juego. De sextante y de brújula reniego, reconozco tus costas. Me devora el afán de incursión; si la demora se fuerza sobre mí, no me repliego. Ni estratégicos faros necesito; llevo en mí tu contorno circunscrito a los etéreos mapas del cerebro. Ni la estrella polar me indica el rumbo. De noche, simplemente me derrumbo sobre tu geografía, y la celebro.
Los Angeles, 8 de julio de 2013
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3313 - Nupcial
Wagner, tal vez, o Mendelssohn. La orquesta quebrará las compuertas del sonido, sumergiendo en acordes cada oído que no oye más que la palabra fiesta. La novia va de blanco, peripuesta, y a punto de perder el apellido; cobra legalidad lo que prohibido quedaba ayer. La castidad protesta de no ser requerida; tan lejana la fecha en que, perdida una mañana, vagaba melancólica de ritos. Y el novio se pregunta: ¿Estoy dispuesto a firmar tan incierto manifiesto que en cierto tiempo desemboque en gritos?
Los Angeles, 8 de julio de 2013
Diseño: Carmen Álvarez
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