Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Distancia

Índice

Sonetos:
Distancia (I) Distancia (II) Distancia (III) Distancia (IV) Distancia (V) Distancia (VI) Distancia (VII) Distancia (VIII)
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Breverías

2586
No hay un rincón del alma donde ella no estuviera, ni una esquina de invierno que le hablara de frío, ni el guiño de una estrella diciendo a su manera que a pesar de esta ausencia todavía sonrío. Ni hay un recodo en este camino en que progreso donde no me parezca percibir su venida. Aunque sé que las cosas se van, y su regreso no es más que una esperanza que a decepción convida.

2587
Fue un capítulo sólo en mi memoria, mas disipó los otros, y he quedado sin prólogo, ni epílogo, ni historia, no sé si desvestido o despoblado, sin caracteres, sin dedicatoria, con sólo un nombre sobre mí tatuado. Y una vez y otra, en él me adentro y leo cuanto fui, cuanto soy, cuanto amo y creo.

2588
Entre tantos disparos, humo y plomo, fuiste saeta de oro, silenciosa, clavándose en mi entraña insatisfecha. Ignoro los porqués, el cuándo, el cómo. Sólo sé de ese punto en que reposa, fuego y hambre, la punta de tu flecha.

2589
No defino el amor, pues no lo entiendo. Pero si acaso apareciera un día, ya en liberalidad, calma o estruendo, lo reconocería.

2590
Me llueves lentamente; te adhieres a mi piel, manso vestido, y a la vez me desnudas. Oh, sirimiri umbrío y decadente, resbalando en mis senos, oh, gemido, rasgando el débil velo de mis dudas.

Sonetos

2786 - Distancia (I)
Eres calor que no me reconforta, pues extiendo las manos, y no llego. Tengo frío, y será sentarme al fuego la única opción que de verdad me importa. La mente es huracán que me transporta en espirales de aire hacia tu juego, pero el tacto pregunta, sordo y ciego, qué provecho una idea tal le aporta. El alma yace entre ambos indecisa, sin saber si esbozar una sonrisa, teñida del color de la esperanza, danzar desnuda o deshacerse en llanto. Y yo, que soy los tres, me desencanto, con un perfil de brisa en lontananza.
Los Angeles, 6 de noviembre de 2011
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2787 - Distancia (II)
Tal vez tu cavidad duerme conmigo en alcoba nupcial desconocida, mientras mi piel, voraz y estremecida, no alcanza en mi ámbito a bregar contigo. Amante en la distancia es sólo amigo que a palabras sin músculo convida; es un jirón de nube, espuela y brida sin alazán, limosna sin mendigo. ¿Qué hacer cuando la noche rompa el muro represor del deseo, y el conjuro del coloquio se torne insuficiente? ¿Cuando la adusta soledad me grite, y no halle el cuerpo que la sed me quite, me sacie el hambre, el sexo me reviente?
Los Angeles, 6 de noviembre de 2011
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2788 - Distancia (III)
He caminado junto a ti, en ausencia del cuerpo adjunto al que se da la mano; y me contemplo errático artesano sin herramientas en su propia urgencia. Necesito el trabajo; mi experiencia, sin desbordar las cotas de lo humano, llega a nivel de lúbrico altiplano que nunca soñaría la inocencia. Hoy eres para mí la teoría que debe demostrarse, melodía si, escrita en pentagramas, no estrenada. Y una voz en mi entraña me insinúa que la aptitud sin pruebas no puntúa: Fe sin obras, doctrina de fachada.
Los Angeles, 6 de noviembre de 2011
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2789 - Distancia (IV)
Sabe tu lengua de palabras de oro vibrando en la membrana de mi oído, que otros tal vez interpretaran ruido desnudo de intenciones, incoloro. Te escucho y me estremezco, mas no imploro nueva erupción confidencial; ni mido cuantía de expresión y colorido por calidad y talla de tesoro. A veces poco es mucho. Lo selecto viene en tarros pequeños, y su efecto suele ser mas intenso y penetrante. Palabras de oro tienes. No te expreses con ellas en exceso; y cuando beses lleven tus labios besos de diamante.
Los Angeles, 7 de noviembre de 2011
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2790 - Distancia (V)
Larga es la noche en tálamo vacío, siendo uno menos uno igual a cero; y me engaño a mí mismo, porque espero verte llegar en desnudez y brío. Y qué lecho tan vasto. Me extravío por sus blancas holguras, viajero en busca de tu cuerpo, por sendero que me devuelve trémulo hacia el mío. ¿Qué hacer con estas manos afanosas de deshojar cada una de las rosas temblando de ansiedad sobre tu piel? Oh, noche, noche inmensamente larga, en que mi cuerpo, ausente tú, descarga la viscosa dulzura de su miel.
Los Angeles, 7 de noviembre de 2011
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2791 - Distancia (VI)
¿Cómo, en la oscuridad, tu cuerpo invierte las horas del insomnio y el deseo, cuando la piel detecta el hormigueo que al fin en paroxismo se convierte? ¿Cómo afrontas el acto que pervierte tu castidad, o el último aleteo del pudor en tan íntimo flirteo contigo misma, experta en abstenerte? Tu doble desnudez, la que trepida lúbrica sobre el lecho, y la que olvida prejuicios o principios, hoy coinciden. Y con destreza apenas presagiada, flotas en el espacio, sólo armada de manos que friccionan y reinciden.
Los Angeles, 7 de noviembre de 2011
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2792 - Distancia (VII)
Salgo a la calle. Me uno al flujo humano, indagando en los rostros de la gente. Intento hallar tus ojos, y el torrente de miradas es gris, y tan lejano. Rasgo el violín, tecleo en el piano, me aferro al clarinete, y la ferviente inflexión de tu voz no es aparente, tan glacial cada tono por mi mano. ¿Dónde te ocultas, o por qué no aflora tu imagen ante mí, la que devora mi entraña a impacto de hambre y dentellada? Ay, mujer, misteriosa, clandestina; eres forma que casi se adivina, pero al tender mis brazos, casi nada.
Los Angeles, 7 de noviembre de 2011
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2793 - Distancia (VIII)
Ahí estás, en un mundo solitario que te ofrece presagios o quimeras; y aquí estoy yo, detrás de las barreras de tiempo, coyuntura y escenario. Amantes, no; binomio visionario, soñadores de falsas primaveras, cuyo emblema ha de ser, aunque no quieras, más que Monte Tabor, Monte Calvario. Si tendemos la vista en añoranza sobre el mar, o la estepa, ¿qué se alcanza? ¿Se reduce tal vez la lejanía? Pensamos, ofrecemos, presentimos… Una mitad del yo. Luego sufrimos porque la otra mitad queda vacía.
Los Angeles, 8 de noviembre de 2011
Diseño: Carmen Álvarez
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