Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Puntos

Índice

Sonetos:
Desde dentro ¿Qué queda? Sueña, mas sin dormir Sólo un punto Punto vacío Reactivación
Poemas:
Dulce tristeza
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Breverías

2201
A ti he venido en ansiedad de abismo, como quien nada tiene y quiere todo, consciente de que un día partirás. Mezclando estoy euforia y pesimismo, y a ambos inevitablemente me acomodo. Cuando te pierda, miraré hacia atrás.

2202
Si debes alejarte, deja conmigo la gentil silueta de tu sombra, tan fiel y tan discreta en tantas horas en que pude amarte. Siempre adosada a ti, siempre a mi lado, duplicando tus propios movimientos. Tal vez responda a mis requerimientos con la complicidad que has olvidado.

2203
Miro hacia dentro a veces, y mi propia visión me contraría; paisaje de arideces que ayer en sinfonía de rojos, verdes, grises prorrumpía. Conozco los factores de tan infortunado deterioro. Tal vez estos dolores de hierro se hagan de oro regresando el amor que tanto añoro.

2204
Cada noche apareces al fondo de mi espejo, y al mirarte, en total desnudez, me perteneces como si no estuviéramos aparte. Temo apagar la luz; tan frágil eres que tu imagen se desvanecería, aunque en mis añoranzas nunca mueres, y de hacerlo, te resucitaría. Me acuesto al fin, cubriéndome en el lecho tu leve sombra de los pies al pecho.

2205
Es la vida entramado de callejas, de extrañas, múltiples intersecciones de incógnitos origen y destino. En cada cruce un aluvión de abejas, nos ofrecen hirientes aguijones, o dulce miel, en fallo repentino. Y a ojos cerrados lo determinamos. Por eso tantos nos equivocamos.

Sonetos

2279 - Desde dentro
Te miro desde dentro; me he instalado en esa franja azul en donde sueñas con fieros mares, tardes hogareñas, galopadas por páramo ondulado. Extiendo a cada seno abovedado las palmas de mis manos, tan pequeñas, y percibo campanas navideñas en el cimborrio en rigidez alzado. Cóncavo hoy lo que ayer viera convexo, veo ascender desde el brocal del sexo vibrantes ecos de arpas y atabales. Desde este íntimo punto en que me encuentro, logro activar seísmos, su epicentro transcendiendo a la piel en espirales.
Los Angeles, 5 de diciembre de 2009
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2280 - ¿Qué queda?
Puede venir la muerte, ¿qué me queda, si el tacto de la piel se me ha dormido, si he recobrado nombre y apellido que extravié entre sábanas de seda? ¿Qué permanece de la rosaleda si cada pétalo cayó abatido por la temprana escarcha, y sacudido por el viento rodando en la alameda? ¿Qué perdura, si a golpes de martillo la copa de cristal, el cantarillo, o el violín se fractura en mil pedazos? ¿Qué queda, en fin, qué queda, al desgajarse el alma de uno mismo, al desangrarse la esperanza a mandobles o zarpazos?
Los Angeles, 5 de diciembre de 2009
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2281 - Sueña, mas sin dormir
Vienes a mí con ojos forasteros a la razón, soñando en la quimera de esa interna, perenne primavera que ha de estallar en tus invernaderos. Y florece tal vez por los oteros, mas no en ti misma; tu alma jardinera ve flores de papel, y espera, espera fragancias y colores verdaderos. Tu primavera llegará algún día, no perdurable, mas fugaz; se guía, no por longevidad, por arrebato. Si ves abrirse las primeras rosas, no entretengas medidas cautelosas, córtalas para tu uso de inmediato.
Los Angeles, 6 de diciembre de 2009
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2282 - Sólo un punto
¿Vendrás a reclinarte en mi presente, ciega al pasado, y al futuro ajena, como quien traza rasgos en la arena, de su eventual fugacidad consciente? Todo es tránsito; fluye la corriente del río hacia la mar, brusca o serena; el tiempo, inexorable, desalmena murallas y castillos; de repente, nada parece significativo, sino el actual instante, fugitivo, pero único real que poseemos. Sobre ese punto lucho, en él descanso, mi campo de batalla, mi remanso… Ven, que aun exiguo, lo compartiremos.
Los Angeles, 6 de diciembre de 2009
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2283 - Punto vacío
Si voy hacia el futuro, contradigo mi propia, radical filosofía de negar su existencia; mi energía se centra en el presente, y a él me obligo. Sin embargo, ese punto que persigo, constante, paso a paso, día a día, me deja el alma a veces tan vacía que en zonas no existentes busco abrigo. Al abrir, en mi casa, la ventana, no pretendo tocar ni ver mañana, sino algo más tangible, este momento. Y si en él no te alcanzo, si no brota del suelo tu perfil, en tal derrota deberé reorientar mi nuevo intento.
Los Angeles, 6 de diciembre de 2009
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2284 - Reactivación
En distante galaxia tibia estrella, de casi imperceptible parpadeo, turbio punto de luz que apenas veo en la noche que fue de mi querella. Su desvinculación resultó en huella de ruina ensangrentada, martilleo sobre el cristal del alma, o bombardeo de cuanto supe edificar con ella. Mas cuanto en un principio fuera estruendo, día a día se fue desvaneciendo, estrépito, clamor, rumores, calma, o luminaria, claridad, vislumbres. Vacío ya de viejas servidumbres, dispuesto me hallo a renovar el alma.
Los Angeles, 7 de diciembre de 2009

Poemas

Dulce tristeza
Es azul la tristeza, como la sepultura que en el fondo del lago se improvisó la altura. Amplia, profunda, tersa, con el frustrado intento de abrazar lo distante; triste, mas sin lamento. Y el cristal divisorio de ambas concavidades, (dos cielos, uno encima, y otro en profundidades), mantiene la radiante superficie serena que, aunque pueda quebrarse, nunca se desmelena. Se bracea en las nubes y en el agua se vuela, sin arrancar jirones, sin dibujar estela, como ángel incorpóreo, o nereida evasiva, aquél pura inocencia, y ésta visión lasciva. Tibio paisaje, cálida, delicada belleza, henchido de esa dulce, nostálgica tristeza, que confiere a la amante del amado lejano la sensación de casi tocarle con la mano.
Los Angeles, 7 de diciembre de 2009
Diseño: Carmen Álvarez
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