Brevería 1717
Qué memoria tan larga hay en mis manos…
Conocen tu perfil, cada relieve,
los ángulos más tuyos, más arcanos,
a que cada una sin rubor se atreve;
los pliegues de tu blusa, que cedieron
al estallar en desnudez radiante;
y tus manos también, que respondieron,
y cada ávido gesto del semblante.
En vuelo
Se arremolinan en mis manos tactos
por décadas dormidos.
Más parecían símbolos abstractos,
rasgos desvanecidos,
que temblores hambrientos y vitales
germinando sus íntimas semillas
en los hondos instintos animales
de mi entraña. Se turban mis rodillas,
y entre los muslos un halcón renace
con ansia de captura;
las manos ya son alas, y en la altura
recobran su fervor, cara al enlace.
Aleteo hacia ti; me has despertado,
y a tus honduras quedaré clavado.
Los Angeles, 8 de enero de 2009