Poemas de amor, de soledad, de esperanza de
Francisco Álvarez Hidalgo
Qué lejos

Índice

Sonetos:
Perdida la sonrisa Rompí todas las reglas Duermo por ti y contigo Què lejos Diferencias ¿Y por qué no me voy?
Poemas:
Fantasma en marcha Váyase con su olvido
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Breverías

2071
Ah, cómo duermes bajo las estrellas, sin sueños, en la oscura quietud que nada alienta, nada augura, tú tan ausente como ciegas ellas. Ajeno a todo, tu intelecto duerme, duerme tu voluntad, ceniza fría, duerme tu anatomía, y yo, necio de mí, vine a ofrecerme.

2072
Hay tarde, y noche, y día, en la memoria. Yo, a pleno sol, cuanto vivimos, veo. ¿Mantienes en ocaso nuestra historia, o es medianoche ya de mausoleo?

2073
Cada esquina es ensueño y añoranza, ésta al pasado, aquél hacia el futuro. Sabe de la impaciencia en la tardanza, de lo inequívoco, de lo inseguro. Me detengo en algunas, y adivino gemidos, besos, desesperaciones, desde lo indispensable a lo anodino amantes ensayando mil opciones. ¿Y mis propias esquinas? Ah, tantas rosas…, ah, tantas espinas…

2074
Eres de ayer, me acosas, me golpeas con las mismas cadenas con que me esclavizaste. Me arrebataste todas las ideas menos la de ti misma, y en mis venas fluye el recuerdo con que me infectaste.

2075
Te daría la vida que no tengo, si pudiera mi fe resucitarla. Pero perdí la fe, y a recobrarla es por lo que a ti vengo. Pero será tal vez empeño vano; tienes tu vida, ¿para qué la mía? ¿Recuperar la fe? Triste ironía. Fue asesinada por tu propia mano.

Sonetos

2099 - Perdida la sonrisa
Qué cerca tú, mujer, pero qué lejos. Te miro, con tus manos en las mías, me ves, pero no estás; y son tan frías tus palabras, tus sueños tan complejos. Cascabel y cristal, toda festejos, así te conocí en mejores días, cuando iban hacia mí todas tus vías. Ah, la memoria de los tiempos viejos. Hoy tu abrazo es formal, músculo en ruina, inmóvil cruz clavada en la colina, contigua, y a la vez inalcanzable. Has olvidado sonreir, y al verte, tu propia seriedad a mí revierte, y me atraviesa el alma como un sable.
Cantabria, 17 de mayo de 2009
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2100 - Rompí todas las reglas
Rompí todas las reglas, y hoy me acosa la experiencia de ayer, fuego y ceniza; me abrasé y me extinguí; se inmoviliza mi pie sobre esta vía dolorosa. Cada pisada me abre nueva fosa en este ir y venir, y se me eriza la piel al caminar; ¿quién garantiza diafanidad en senda nebulosa? No sé por dónde avanzo, ni me importa; me cautiva, y también me reconforta, la sed de amar y el riesgo de perder. Apático a presagios y cautelas, sabré ignorar las viejas cantinelas, y repetir el carnaval de ayer.
Cantabria, 17 de mayo de 2009
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2101 - Duermo por ti y contigo
Me despierto por ti cada mañana; si no por ti, ¿por quién despertaría? Tu voluptuosidad me desafía, y hacia ella sola mi vigor se afana. Duermo por ti y contigo, aunque lejana, y hago tus sueños míos. Qué ironía: Te consagro mi propia melodía, y la recibes con fervor de hermana. Tengo en amar la singular destreza de quien construye, pieza sobre pieza, su castillo de naipes, y la brisa, en sutil irrupción acariciante, lo desmorona al fin, pero al instante, lo restauro, esbozando una sonrisa.
Cantabria, 18 de mayo de 2009
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2102 - Què lejos
¿Cómo decirte adiós, si no has venido con los brazos abiertos, al llamarte? ¿Cómo y en qué medida se comparte pasión y fe que se han desvanecido? ¿Cómo encender tu fuego ya extinguido? Si no olvidé, ¿cómo volver a amarte? En esta soledad, ¿cómo encontrarte si en atención has desaparecido? Te absorben tanto las preocupaciones triviales del vivir, que mis opciones a tu sensualidad se me limitan. Ay, que lejos estás, no ya en distancia de geografía, mas de circunstancia, sin oír a estos brazos que te gritan.
Cantabria, 18 de mayo de 2009
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2103 - Diferencias
Ni mi otoño ni mis amaneceres serán como los tuyos; cuanto veo va impregnado de mí, del revoleo de alas, hojas, rumores y quehaceres que inspiran mi alma, forjan mis placeres, en avalancha, brisa o borboteo. Tú los verás de acuerdo a tu deseo, a tu disposición, según quien eres. Cuando yo digo “Te amo”, me refiero a la persona en tu interior, primero y auténtico objetivo que persigo. Cuando lo dices tú, desaparece la persona que soy, y prevalece la que una tarde se encontró contigo.
Cantabria, 19 de mayo de 2009
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2104 - ¿Y por qué no me voy?
¿Por qué me quedo junto a ti? Pudiera romper el molde a que me vi ceñido, despertar de este sueño en que he dormido, dormir la muerte que glacial espera. Pero no sé partir. Me desespera quedar contigo cuando ya te has ido; lleno de ti sin ti, roto y vencido, lluvia de rocas en la cristalera. ¿Y por qué no me voy? Me arrastro y giro en torno a los vestigios, que aún admiro, de un pasado espectral, ya inexistente. Ah, qué actitud cerril, descabellada, esperando que el agua ya pasada vuelva a cruzar de nuevo bajo el puente.
Cantabria, 20 de mayo de 2009

Poemas

Fantasma en marcha
Se arrancó el corazón una mañnana, y lo arrojó a los lobos del olvido. Llegaron uno a uno, recelosos, y más tarde en manada. Sus aullidos rasgaban la cortina del aire matinal como cuchillos. Y se lo devoraron, prosiguiendo sin alma su camino. Ya no era el hombre canturreando coplas, o hablándose a sí mismo; era el vacíu oscuro, silencioso, en cápsula de vidrio; fragilidad quien fuera fortaleza, desaliento quien fuera regocijo. Y seguía su marcha, cabizbajo, indiferente a melodía o ruido, surcando multitudes, ciego sin lazarillo. Las gentes le miraban sin interés, como quien mira un libro de páginas en blanco, portada gris, sin título. Y él proseguía, errante, derrotado, sombra entre sombras, ráfaga y suspiro. Hombre ya sin pasado, presente neutro, porvenir plomizo; nada le queda ya, ni la nostalgia del esplendor perdido, ni la esperanza de vivir mañana, prófugo de sí mismo. Y así avanza, fantasma inusitado de sólo cuerpo, autómata elusivo. Quien rompiera su vida nunca miró hacia atrás, viejo capítulo que no vuelve a leerse, pero que siempre permaneche escrito.
Cantabria, 15 de mayo de 2009
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Váyase con su olvido
Seguí el camino y tropecé en un muro, llamé a la puerta y respondió el silencio, tendí la mano sin hallar contacto, grité en la noche, devolviendo el eco mi propia voz; y proclamé las glorias de mi pasión, profeta en el desierto. Soy escultura de aire, levantada en su entorno, ofrecimiento de abrazo horizontal, imperceptible, ráfaga en permanente galanteo. Invisible es mi oferta, irrepudiable, si bien en el desván de mi cerebro. Ella no lo percibe, ciega y sorda, como el amor, cuando se va muriendo. ¿Por qué tal frialdad, tanta desidia, si el cielo es tan azul, tan blando el sueño, si canta el agua, el álamo verdea, y los amantes intercambian besos? Sigo las huellas que trazamos juntos, resucito el recuerdo, y afloran en mi piel viejos contactos, de la caricia leve al duro sexo. Mas ella no lo advierte, hojas secas perdidas en el viento cuanto fue para mí rosas fragantes, mi arpa de plata su tambor de hierro. Váyase con su olvido gris y helado, quédeme yo en mi caluroso invierno.
Cantabria, 16 de mayo de 2009
Diseño: Carmen Álvarez
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